veamos más detalles de estas propiedades. 1. Buen drenaje Suelto, que no permanezca encharcado durante muchos días tras las lluvias. Cuidado en este aspecto con los suelos arcillosos. Si tu suelo tiene tendencia a encharcarse, por ejemplo, muy arcilloso, dale pendientes al terreno para que escurra el agua hacia fuera. Si hay una capa freática de agua en el subsuelo, debe estar más allá de 1,5 m de profundidad para no tener problemas de asfixia radicular. Mejora: Para mejorar un mal drenaje se puede hacer: 1. Instalar tubos de drenaje. Más información en el artículo titulado "Drenaje de suelos". 2. Suelo profundo Perfil del suelo Son malos aquellos suelos que tienen una roca dura a menos de medio metro de la superficie, impenetrable para las raíces. Mejora: Añade tierra vegetal y labra en profundidad para romper la capa impermeable si es que ésta es muy somera. 3. Suelo no calizo Manchas blancas de caliza en el subsuelo Los suelos calizos van mal para ciertas especies de frutales melocotonero, peral, aguacate, kiwi, cítricos, etc., a no ser que se injerten sobre patrones que sí toleran la cal. El cerezo, el ciruelo, el membrillero, el almendro y el olivo resisten bastante la cal. Mejora: Para bajar el pH y que así se liberen los nutrientes insolubilizados se puede aportar Sulfato de hierro en gránulos. El sulfato de hierro es un producto barato y fácil de conseguir. El sulfato de hierro sirve para acidificar y adicionalmente para aportar algo de Hierro, aunque no mucho, y su principal función es la de bajar el pH. Además de bajar el pH, aplica al suelo un fertilizante especial, rico en hierro llamado "quelatos de hierro". También hay otros fertilizantes formulados con los demás micronutrientes, aparte del hierro, como el manganeso, cobre, zinc, etc. para las posibles carencias. 4. Suelo rico en materia orgánica (humus) Mejora: para aumentar el nivel de materia orgánica de un suelo se necesita tiempo. De la noche a la mañana no se puede pasar de un 1% de humus al 2%; se consigue a lo largo de años. Se hace echando materia orgánica año tras año, por ejemplo, estiércol, mantillo, compost casero, turba, humus de lombriz, etc.. 5. Suelo rico en nutrientes minerales (Fósforo, Potasio, Magnesio, Hierro...). Fertilizante Mejora: Mediante los abonos orgánicos (estiércol, compost, turba, etc.) y los fertilizantes minerales aportamos al suelo los nutrientes necesarios. Si no lo hiciéramos se agotarían más tarde o más temprano. 6. Suelo no salino Suelo salino No es frecuente, pero se puede dar. Los suelos salinos son los que tienen una cantidad excesiva de determinadas sales (Cloruros, Sulfatos, etc.). Tampoco usar para regar agua salina.
Relacionado con el suelo también te recomiendo el artículo: "Cómo elegir patrones de frutales según las características del suelo". | |||||
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miércoles, 22 de octubre de 2008
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